La termogénesis dietética, ¿es tan efectiva como parece?
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Dentro de los diferentes tipos de termogénesis que existen, encontramos 3 tipos diferentes:

  • La energía consumida por estar en reposo
  • La energía quemada a consecuencia del ejercicio físico
  • La energía que se consume para que nuestro organismo metabolice los alimentos. Es ésta, la que es conocida como termogénesis dietética, la que nos centraremos a hablar a lo largo del artículo.

Como bien sabéis, el proceso de absorción calórica tiene que ver con la cantidad de calorías que un determinado alimento nos aporta, pues tiene que poner en marcha una serie de procesos corporales para llevarla a cabo, que restarán parte de la energía suministrada. Por suerte, nuestro cuerpo es bastante eficaz a la hora de llevar a cabo la sintetización de los alimentos, siendo relativamente bajo el gasto calórico que se produce. Se estima, que puede llegar a ser sobre el 10% del consumo de energía diario.

Evidentemente, existe una relación con la termogénesis dietética y la cantidad de energía absorbida, pues cuanto mayor sea ésta menor será la contribución energética real de un alimento, pues las calorías que nos aporta, se deberán restar a las calorías que necesitamos para metabolizarlo.

Analizando más a fondo la termogénesis dietética

termogénesis dietética

Otra cuestión interesante a tratar sobre la termogénesis dietética, es si realmente todos los macronutrientes queman las mismas calorías al ser consumida. La respuesta es no, pues las proteínas son las que mayor coste termogénico dietético tienen. En este estudio,  se analizaron el consumo de energía inducido por la termogénesis dietética para cada macronutriente, siendo la proteína la que mayor coste tenía con diferencia. Las grasas, y los hidratos de carbono, tienen un coste termogénico realmente parecido.

Pero el nutriente en sí, no es la única variable que influye en esta ecuación, ya que también varía en función del nivel de procesado del alimento. Si éste es elevado, su metabolización es más fácil y la energía necesaria para ello es también menor. Por ejemplo, en este estudio se observó la diferencia del consumo energético tras realizar dos comidas que se procesan de manera diferente, que son el pan integral y queso normal; comparado con pan blanco tomado junto con un derivado de queso.

Se contempló que el alimento que está menos procesado, y que por tanto le cuesta más a nuestro cuerpo digerir, tiene un efecto termogénico sustancialmente mayor, por lo que queda claro que la cantidad neta de calorías que aportará será menor en total.

termogénesis dietética

De todos modos, aunque sea bastante superior, al estar hablando de una cantidad pequeña de energía, el cambio tampoco es radicalmente grande. La cuestión, es que no nos engañemos pensando que haciendo una dieta alrededor de alimentos con un elevado efecto termogénico se quema más energía, sino de entender que la cantidad de calorías reales que aportan algunos de ellos puede ser sensiblemente menor.

Otra cuestión que importa, y que trataré en futuros artículos, es que hay más cuestiones que acaban influyendo en el coste real que aporta una caloría como la digestibilidad, aportación de saciedad, la respuesta hormonal y termogénesis dietética. Aunque son variables que operan de manera independiente, realmente están bastante relacionados.

En conclusión, espero que os haya quedado claro que no todo es cuestión de mirar las calorías que tiene un alimento, sino el tipo de distribución de macronutrientes y la dificultad de digestión de los mismos. Y es que, como hemos visto en este artículo, son factores que contribuyen a que las calorías que un alimento posee sean realmente menores.

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La termogénesis dietética, ¿es tan efectiva como parece?
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EjerciciosEnCasa