Entrenar al fallo muscular, es una de las metodologías básicas de entrenamiento que se suele realizar cuando se siguen rutinas de ejercicios de hipertrofia y rutinas de ejercicio para fuerza. El problema de entrenar al fallo muscular, es que muchas veces se abusa de este sistema de entrenamiento, sobre cargando al músculo trabajando bajo esta peculiar metodología.
Nadie negará de lo tedioso y complicado que es entrenar al fallo muscular y la sensación tan grata que produce posteriormente, al saber que hemos dado el 110%, como auténticos guerreros que somos.
Entrenar al fallo muscular, básicamente, es realizar un determinado ejercicio hasta que no seamos incapaces de sacar ni una repetición más. Habremos llegado al fallo, cuando intentemos levantar el peso una vez más y seamos incapaces de realizarlo.
La verdad, es que en nuestra mente, está grabado a sangre y fuego la idea de que cuantos más kilos levantemos y más trabajemos al fallo muscular, mejor. Los seguidores habituales de ejercicios en casa, como bien sabéis, esto es un gran error que voy a proceder a desmontar a continuación.
¿Por qué no se debe entrenar siempre al fallo muscular?
Salvo que vayamos con sustancias que mejoren significativamente nuestro rendimiento (y no me refiero a proteínas y aminoácidos) y recuperación física o seamos un portento de la naturaleza ( que seamos sinceros, casi nadie está a esa altura) entrenar al fallo muscular constantemente, es un craso error.
La razón es sencilla. A partir de la tercera semana consecutiva de entrenamiento, se produce un efecto en los músculos, y en especial en el sistema nervioso central de colapso o saturación. Es decir, al haber sometido a tanto esfuerzo a los músculos, las fibras y las conexión nerviosas están muy por debajo de su rendimiento habitual, necesitando dejarlas descansar o de lo contrario, cada vez que volvamos a trabajar con ellas al máximo, empezaremos a degradarlas y quemarlas (a catabolizar fibras, en otras palabras).
Y no sólo esto, sino que, las dos semanas seguidas las debemos tener en cuenta si partimos de una semana de descanso total o descanso activo, pero si hemos seguido entrenando duramente (aunque sea sin llegar al fallo muscular) llegaremos a este extremo mucho antes de lo que creemos.
Por tanto, el descanso es fundamental a la hora de entrenar duramente. De todos modos, esto se puede coger entre hilos y depende un poco del tipo de entrenamiento que realicemos. Los grandes expertos en musculación y levantamiento de peso de nacionalidad rusa, realizan estimaciones semanales de peso que un determinado individuo es capaz de mover. En función de estas estimaciones, se calcula el peso con el que trabajará el deportista y en caso de entrenar pocos días a la semana con pocos ejercicios, el cuerpo aguanta mucho mejor el fallo muscular.
Por ejemplo, en el entrenamiento del dinosaurio, un interesante libro sobre forzudos de la vieja escuela, hablan precisamente de ello aplicándolo a su rutina de ejercicios. Siempre que entrenaban, lo hacían al máximo, con objetos grandes, pesados y molestos de agarrar y hablaban de que experimentaban avances increíbles en materia de fuerza y ganancias de músculo (levantamiento de barril, press de banca con fat grip, levantamiento de tronco etc). Es cierto esto, pero es que entrenaban de 2-3 días por semana, con 3 ejercicios por sesión, comiendo y descansando como osos.
Por tanto, no voy a demonizar absolutamente entrenar al fallo muscular, pero sí que os diré que tengáis mucho cuidado, y que evitéis tirar siempre al máximo de vuestras posibilidades por norma general, ya que la mayoría de nuestros lectores no son apasionados del entrenamiento de fuerza. Sed inteligentes, y dadle un respiro a vuestros músculos.