Seguro, que ya habéis oído hablar de lo qué es el efecto EPOC, o en otras palabras el exceso de consumo de oxígeno post entrenamiento. Para ilustrar en qué es, os digo que gracias al mismo, podemos estar quemando grasa mientras estamos tomando el sol en playa sin hacer nada. ¿A que suena interesante?
El efecto EPOC
Nuestro cuerpo consume energía continuamente, sobre todo para mantener a nuestro cerebro en funcionamiento, mantenerte caliente y otros procesos como la digestión. A este proceso se le conoce como nuestro metabolismo basal, que básicamente es lo que nuestro cuerpo consume un día que no hace nada.
Las calorías para mantener a nuestro cuerpo funcionando, se consiguen a través de la comida, básicamente gracias a los hidratos de carbono. No obstante, cuando nuestro cuerpo gasta mucha energía en muy poco tiempo, no puede quemar hidratos de carbono porque no hay suficiente oxígeno disponible. Esto se llama exceso de consumo de oxígeno post ejercicio o EPOC.
Si no hay suficiente oxígeno, nuestro cuerpo quema grasa. Lo bueno del efecto EPOC es que en función de la actividad física que vayamos a realizar, se puede prolongar más, lo que nos hará quemar más grasas. Por ejemplo después de un entrenamiento de alta intensidad, que no tiene porque ser HIIT, ya que el entrenamiento de fuerza también lo provoca, nuestro metabolismo se incrementa y hace que podamos quemar más grasa.
Curiosidades sobre el efecto EPOC
A continuación, os dejo algunas curiosidades interesantes sobre el efecto EPOC:
- Los entrenamientos de fuerza o HIIT incrementan más el efecto EPOC que el cardio estacionario o el entrenamiento de hipertrofia.
- El efecto EPOC es más intenso en varones.
- Si consumimos menos carbohidratos, tienes menos reservas de glucógeno y más se incrementa el efecto EPOC
- Cuanto más intenso y largo sea el ejercicio, mayor será el efecto EPOC
