El cardio HIIT, o entrenamiento de intervalos de alta intensidad, es una nueva metodología deportiva que está pegando fuerte en todo el mundo. El entrenamiento de cardio HIIT, se centra en la realización de series de corta a moderada duración, a una intensidad por encima del umbral anaeróbico, que se separan por períodos de descanso cortos o de entrenamiento a baja intensidad (1).
El efecto del entrenamiento cardio HIIT en grasa corporal
La energía que se emplea para realizar un entrenamiento HIIT difiere de la que utilizamos en otros tipos de actividad. Básicamente, se consume más tejido adiposo, pues se activan los mecanismos de lipolisis y las rutas aeróbicas de la glucolisis. Como veremos a continuación, esta información no es positiva desde el punto de vista de la quema de grasa.
Básicamente, al entrenar en base a un sistema intenso con cortos periodos de descanso, estamos recuperando el déficit de oxígeno, desechos metabólicos y energía gastada, ya que en tan sólo 3 minutos no da tiempo a que las grasas tengan un papel extremadamente importante en la ecuación.
Para eliminar grasa, tiene que haber bastante oxígeno disponible en nuestro cuerpo, ya que de lo contrario el cuerpo prefiere utilizar el glucógeno como fuente de energía, porque es más fácil de oxidar/quemar. Por lo tanto, con un sistema de entrenamiento de cardio HIIT en el cual estamos empleando constantemente oxígeno, va a ser complejo quemar grasa (usando en vez de ello, el glucógeno).
No obstante, el HIIT sí que provocará un incremento de la tasa metabólica (estudio), y si comparamos la
diferencia de lo que se gasta en reposo después de 30 minutos de HIIT, y después de 60 minutos de cardio estacionario, podremos contemplar que en términos de porcentaje, el HIIT es mucho más efectivo en términos relativos, aunque en valores absolutos no se aprecia tanto.
Por lo tanto, aunque el entrenamiento de cardio HIIT ayuda a quemar más calorías por tiempo invertido, no significa que se queme más grasa, y en términos absolutos el entrenamiento de cardio convencional quema más grasa. Por tanto, el entrenamiento de cardio HIIT, no es un sistema que sea tremendamente efectivo para quemar grasa, aunque como voy a indicar ahora, sí que ayuda a crear un clima perfecto para que lo podamos lograr:
- Nos ayuda a agotar las reservas energéticas más temprano, lo que puede ayudarnos a quemar grasa.
- Incrementa el ritmo de liberación de catecolaminas, que influyen a la hora de ayudarnos de eliminar grasa.
- Al incrementar el metabolismo, sí que vamos a eliminar más calorías en reposo respecto a otros sistemas convencionales de entrenamiento. No obstante, es importante cuidar la dieta realizada en este sentido, ya que si tenemos fuertes picos de insulina elevados en sangre, no eliminaremos tanta grasa a consecuencia de tener una activación metabólica superior.
Conclusiones
Es complicado encontrar un sistema que nos sirva para todo. De ahí la importancia de que escojamos la metodología de entrenamiento más efectiva en base a nuestros objetivos. Y es aquí, donde juega un papel crucial la figura del experto deportivo, es decir, el entrenador personal.
Para aquellas personas que tengan la posibilidad de contar con un supervisor deportivo, echad mano de él siempre que podáis a la hora de orientar y supervisar vuestros entrenamientos. Para aquellos que no, os insto a que si estáis en condiciones económicas de hacerlo, solicitéis ayuda profesional ya que los cambios los conseguiremos de forma más rápida y segura.
Pero para todos aquellos que busquéis un método de entrenamiento efectivo para hacer en casa, os recomiendo nuestras dos rutinas de ejercicios. Ambas, son efectivas en base a nuestro propósito, por lo que son un sistema aconsejable para aquellas personas que estéis decididas a conseguir cambiar vuestro físico .
Para los que busquéis ganar masa muscular:
Para los que queráis trabajar glúteos, abdomen y piernas:
Bibliografía
- Laursen, P.B. & Jenkins, D.G. (2002). The Scientific Basis for High-Intensity Interval Training Optimising Training Programmes and Maximising Performance in Highly Trained Endurance Athletes. Sports Med, 32(1), 53-73.