No hay cosa que más temor y odio me haya infundado a lo lardo de mi vida deportiva que el pino. Desde el colegio, siempre se me atragantaba, me costaba una barbaridad hacerlo, en gran parte por el miedo que me daba afrontar la postura. Se me venía a la cabeza ensoñaciones infundadas de que me caería, de que cedería o de que me lesionaría si lo realizaba mal.
La verdad, es que es un movimiento más seguro y divertido de lo que nunca me imaginé. Cuando empecé a tomarme en serio el mundo del deporte, una de mis prioridades fue aprender a hacer el pino. Si bien manejaba grandes cantidades de kilos en los principales movimientos, cosas como hacer el pino o hacer dobles de comba, se me atragantaban demasiado.
Por tanto, un día, me decidí a hacerlo en serio. En esa sesión, conseguí sacarlo, no os negaré que me costó, pues vencer los miedos propios no es tarea sencilla, pero mi gozo fue enorme cuando me vi apoyado únicamente por el peso de mis manos y de mis talones contra la pared.
Es por ello, que este artículo, lo hago con especial cariño, pues ese odio-miedo que sentía por el pino, se ha transformado en cariño. A todos lo que no sois capaces de hacer el pino, prestad atención:
Hacer el pino ¿Cómo se hace?
Para hacer el pino, deberemos situarnos enfrente de un muro, pared, árbol o superficie que nos permita apoyar los pies en ella sin riesgo de que ceda o de que comprometa nuestra estabilidad. Colocaremos las palmas de las manos en el suelo, abriéndolas ligeramente, como si quisiéramos que los dedos apuntasen hacia afuera de nuestro cuerpo. Los codos deberán estar bloqueados, para que cuando empecemos a alzarnos, no se flexionen y nos vengamos para abajo, truncando todas nuestras posibilidades.
Nos inclinaremos en el suelo, encogiendo una rodilla, estando semi flexionada, y extendiendo la otra. Esto se hace para aprovecharnos del impulso de las piernas para elevarnos e intentar situar nuestro cuerpo sobre la pared. De todos modos, sino vamos echamos el torso contra la pared a medida que despegamos con las piernas, de nada nos servirá impulsarnos mucho con las piernas. Debe ser un movimiento muy sincronizado.
La cabeza es un factor muy importante a cuidar, pues cuando nos decidamos a lanzar el cuerpo, nuestro mentón deberá estar pegado contra nuestro cuerpo, es como si mirásemos al frente una vez que estuviéramos boca abajo. Esto nos ayuda a mejorar la estabilidad corporal y a fijar la vista en un punto, ayudándonos a mejorar la concentración.
Una vez que nos hayamos impulsado, el cuerpo debe acompañar el movimiento, como ya dije anteriormente, teniendo que ir las piernas contra la pared, pero el objetivo no es meter un patadón o un golpetazo a la misma, sino conseguir dejar los pies apoyados en ella. Una vez estemos en la posición, apretaremos el abdomen, trataremos de estirar los brazos para estabilizar mejor el cuerpo. Las piernas pueden estar abiertas o cerradas, como prefiráis.
A continuación os dejamos un vídeo de cómo hacer el pino:
Hacer el pino ¿Qué músculos ejercitamos?
Los músculos que se ejercitan al hacer el pino, son similares a los músculos que ejercitamos cuando realizamos al hacer flexiones de pino, por razones obvias. La dificultad, si bien es cierto, como os podéis imaginar, es mucho menor:
- Trapecio medio
- Trapecio superior
- Deltoides delantero
- Deltoides trasero
- Tríceps braquial
- Cuádriceps
- Glúteo mayor
- Aductor
- Sóleo
- Gastronemicus
- Braquiradial
- Músculos flexores de la muñeca
