Cuántas veces habremos oído que la retención de líquidos es causante de parte de esos kilos de más que nos sobran. Estoy convencido de que en muchas ocasiones. Siempre que nos ponemos a hacer dieta, se comenta que al principio es fácil perder peso rápidamente porque se eliminan los líquidos retenidos por el cuerpo.
El problema con la retención de líquidos, y el proceso inicial de pérdida de peso en la que queremos ver resultados inmediatos según empezamos. Si hablamos sólo de la retención de líquidos, y no de otros factores ajenos a los mismos, entonces la cosa se pone todavía peor.
Vemos, como en una semana, de una dieta bien planificada, las cosas no van como esperásemos que fueran, es decir, o no perdemos el peso deseado o incluso aumentamos un poco más. Esto puede dinamitar nuestro estado de ánimo.
Entrando en materia, la retención de líquidos es un proceso que se produce cuando empezamos a recortar calorías. El efecto de la retención de líquidos cuando empezamos a perder peso varía en función de la constitución de las personas. Hay en sujetos, que no les afecta casi en absoluto, mientras que a otras, las provoca que los efectos visibles de sus planes alimenticios no sirvan para nada.
La retención de líquidos puede manifestarse de muchas maneras, como tejido acuoso o como una acumulación de líquidos el abdomen, pectoral y en articulaciones. Se manifiesta como carne flácida o fofa en determinadas zonas, las cuales se incrementarán a las ya habidas en caso de que las tuviéramos.
Sin embargo, la retención de líquidos, está fuertemente influenciada por el consumo de agua y productos con sal, pues provoca que se acumulen más fluidos de los normales. Por eso, una dieta para definir abdominales, debe ser siempre baja en sal.
Retención de líquidos – El sodio
El sodio, es el peor enemigo a la hora de eliminar los líquidos acumulados en nuestro organismo. Abusar excesivamente de alimentos altos en sodio, puede provocar que nuestro aspecto físico sea mucho más antiestético de lo que sería normalmente.
No es el sodio alto de por sí lo que causa la retención, si no una desviación típica de su consumo habitual, es decir, que alteremos sustantivamente los alimentos que lo contienen de forma repentina.
Para conseguirlo, sigue estos consejos:
- Los alimentos enlatados o en conservas, por norma general, tienen una gran cantidad de sodio. Procura evitarlos.
- Bebe mucha agua, más de lo habitual, sobre unos 4 litros diarios. Esto nos ayudará a depurarnos. El té verde, es un depurador super efectivo de líquidos.
- Rebaja los alimentos con sal y las especias
- Descansa y come adecuadamente para mantener el cortisol a ralla, pues aunque esto no aumenta el sodio, evidentemente, provoca que se retengan más líquidos de los que son habituales.
- Controla la dieta, es decir, no recortes calorías como un loco, pues esto no es ni sano ni mantenible con el tiempo. Además de provocar ansiedad, de vez en cuando, nos meteremos atracones para compensar la carencia de determinados compuestos que el cuerpo necesita que no ayudará nada a conseguir eliminar la retención de líquidos.
- Este punto es de especial importancia. La fibra que tomemos no debe ser excesiva, porque provoca que retengamos líquidos. Tanto el exceso, como el defecto de consumo de fibra, provocará que acumulemos fluidos como un globo, así que analizad la cantidad que necesitéis acorde a vuestro peso.
- Los vaciados de glucógeno, suelen ser efectivos para evitar la acumulación de líquidos. Es decir, entrenamientos duros o de alta intensidad, que aniquilen nuestras reservas energéticas, ayudarán a eliminar las reservas de glucógeno en nuestro cuerpo. Posteriormente, deberemos recuperarlas reponiendo al cuerpo con hidratos de carbono, tales como patatas, pasta o arroz.